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pesar de que se produzcan embarazos no deseados, las taxas de fertilidad en els humanos no son demasiados brillantes si las comparamos con otras especies animales.
No solamente las enfermedades, sino muchos factores ligados al estilo de vida: retraso de la maternidad, dieta, actividad física, tipo de trabajo, contaminantes ambientales, consumo de drogas, traumas, etc, pueden dificultar el embarazo o hacer que éste no salga adelante con normalidad. Muchos factores no impiden por ellos mismos tener un hijo sano, pero pueden crear una situación de fertilidad subóptima, muy frecuente actualmente, tanto en mujeres como en hombres.
Algunas enfermedades y otras condiciones que se pueden desarrollar antes de tener pensado buscar un embarazo –por ejemplo durante la infancia o la adolescencia- pueden afectar la capacidad futura de tener hijos sanos, sin que seamos conscientes de ello.
Cuando estudiamos estos factores hay que mirar al hombre y a la mujer: