El hombre puede saber con un sencillo seminograma como tiene los espermas. La calidad ha ido bajando en las últimas décadas, quizás por el aumento de la contaminación y el estrés. También algunos trabajos, en areas de mucho calor, en contacto con contaminantes o que comportan conducir muchas horas, afectan la calidad negativamente. También el exercicio intenso, como pruebas atléticas largas o entrenamientos de muchas horas. Así misno, algunas enfermedades víricas –paperas, por ejemplo- pueden producir dificultades de descenso testicular en la infancia o traumatismos.
En una mujer que tiene ciclos regulares –alrededor de 28 días- de cantidad y duración normal y sin demasiado dolor, es probable que todo esté bien, pero, ¿hasta cuándo puedo esperar?
La edad más fértil es hacia los 21 años, pero actualmente poco gente tiene una situación mínimamente estable tan temprano. El tener el primer hijo se va retrasando cada vez más y al final las posibilidades de un embarazo espontáneo van bajando.
Se pueden un par de pruebas sencillas para saber la fertilidad de una mujer: la más fiable es mirar la reserva ovárica, que consiste en contar los folículos que hay en los ovarios al principio del ciclo menstrual -tiene el inconveniente de hacer la ecografía vaginal cuando todavía hay regla, pero si a la mujer no le molesta, los ginécologos ya estamos acostumbrados-; la segunda es hacer una determinación en sangre de Hormona Antimulleriana (HAM).
Si los ciclos no son regulares o si las reglas no son normales o duelen, quizás anuncien alguna enfermedad. Algunas pueden comprometer la fetilidad como la endometriosis, los ovarios poliquísticos, los miomas uterinos, etc. Todo ello cuando más pronto se sepa y se trate, menos repercusión dará sobre la salud actual y la fertilidad futura.